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Trinidad Cuesta: Una vida entre espiritualidad y arte

Al cruzar el umbral del taller de Trinidad Cuesta en Ciudad de México, es imposible no sentirse envuelto por un universo que combina la autenticidad y la intensidad.

Cada rincón habla de una mujer que vive y respira el arte. Pintora, diseñadora y amante de la estética en todas sus formas, Trinidad no solo crea, sino que habita su propia obra. “Inicié con la pintura recientemente, pero este mundo fantástico lo traigo conmigo desde siempre”, comparte mientras su sombrero insignia rojo que se ha convertido en su sello personal. Este accesorio no es solo un objeto; para ella, es una escultura elegante y funcional, una extensión de su ser que la transporta a un mundo surrealista donde la vida es un juego que no debe tomarse demasiado en serio.

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Trinidad Cuesta con nuestra camisa Saona
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Nacida en Chile, Trinidad lleva consigo la riqueza de su tierra natal en su forma de crear y percibir el mundo. "Siempre he sido intensa y auténtica, y eso lo reflejo en todo lo que hago", dice. Su herencia chilena parece fusionarse con las culturas de los lugares donde ha vivido, especialmente México, donde ha encontrado un hogar creativo que resuena con su esencia.
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Trinidad Cuesta con nuestra túnica Posidonia en negro
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Los sombreros son para Trinidad tanto una herramienta de experimentación como una forma de escenografía personal. Cada pieza es una oda a la historia y al oficio, moldeada a mano con el calor del vapor en un proceso que describe como romántico y nostálgico.
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"Me siento como un personaje de mi propio mundo surrealista"
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Pero no es solo con sombreros donde Trinidad encuentra su voz. Su reciente incursión en la pintura ha resultado en una serie titulada "Un grito a mis necesidades", una obra cargada de simbolismo. "Escribo cada cuadro antes de pintarlo", explica. A través de su libreta, recoge fragmentos de sueños, caminatas, lecturas y su práctica de meditación y pranayamas. Cada pintura es un cuento ilusorio que busca sanar, conectando las emociones, el espíritu y el cuerpo físico en un delicado balance.

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Trinidad Cuesta con nuestra Túnica Full Moon en turquesa

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Su vida está marcada por dos territorios que explotan su creatividad: México e India. “Ambos lugares poseen un realismo crudo que, al mismo tiempo, se transforma en una fantasía alucinante”, describe. Los mercados, las calles y la vida cotidiana de estos países son, para ella, una alucinación llena de simbolismos. "Me hacen sentir que la vida es totalidad y ausencia, un ciclo constante de nacimiento y muerte"..

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Trinidad con nuestra camisa Salina en blanco
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Trinidad con nuestra Túnica Salina en denim
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Aunque se identifica profundamente con México, el contraste de su herencia chilena y su fascinación por India añade capas a su narrativa personal. Trinidad refleja esa dualidad en sus obras, mezclando texturas, colores y formas atrevidas que hablan de mundos en constante evolución. Para Trinidad, el arte no es solo un medio de expresión; es una herramienta de sanación. "Las artes nutren mi alma y me conectan con mi propósito de vida", dice.
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Trinidad Cuesta con nuestra túnica Wildflower en Acid Yellow
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Tanto sus sombreros como sus pinturas son, en palabras de Trinidad, una conversación entre colores y formas que desafía las reglas estéticas convencionales. Al mirarlos, es evidente que su obra no solo refleja su mundo interior, sino que invita a los demás a explorar el suyo propio.

Con un espíritu indomable y un enfoque profundamente espiritual, Trinidad Cuesta nos recuerda que el arte no solo se crea; se vive, se respira y, sobre todo, se siente. Su mirada chilena, enriquecida por su experiencia en México e India, le otorga una voz única en el mundo del arte contemporáneo.
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Trinidad Cuesta con nuestra túnica Posidonia en nude

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Fotos hechas por Alba F Sobral

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